No estoy ahí, no duermo.
Soy un millar de vientos que soplan y sostienen las alas de los pájaros.
Soy el destello del diamante sobre la nieve.
Soy el reflejo de la luz sobre el grano maduro.
Soy la semilla y la lluevia benévola del otoño.
Cuando despiertes en la quietud de la mañana,
Soy la brisa repentina que juega con tu pelo.
Soy las estrellas que brillan en la noche.
No te pares al lado de mi tumba y solloces.
No estoy ahí, no he muerto
Fuente desconocida.
Antonia López
No hay comentarios:
Publicar un comentario